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Exposición presentada desde diciembre de 2022 a agosto 2023

ACERCA DE LA EXPOSICIÓN

En los años 60 del siglo pasado, un proyecto gubernamental orientado a la puesta en valor de Teotihuacan, la gran urbe prehispánica del Estado de México, emprendió la monumental tarea de explorar, reconstruir y adaptar a la visita más de 40 monumentos arqueológicos todavía cubiertos por hierbas y nopaleras, transitados a menudo por las ovejas de los campesinos que habitaban los pueblos circundantes.

Para esa colosal tarea se creó el Proyecto Teotihuacan, iniciativa del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que, a seis décadas de distancia, es remembrada en una exposición temporal en el Museo Nacional de Antropología.

Con una inversión, inusitada a nivel nacional, de 17 millones de pesos, el gobierno del entonces presidente Adolfo López Mateos, llegó a reunir una cuadrilla laboral de más de mil trabajadores para entregar la zona arqueológica el 14 de septiembre de 1964. Los diversos equipos de trabajo estuvieron conformados por arqueólogos, antropólogos físicos, arquitectos, restauradores, dibujantes y fotógrafos del más alto nivel. Los jóvenes auxiliares adquirieron tanta destreza que en pocos años llegaron a convertirse en reconocidos investigadores del INAH.

La exposición está compuesta por diez módulos que resumen los retos que enfrentaron los investigadores, trabajadores, servidores públicos y las instituciones gubernamentales involucradas en llevar a cabo esas exploraciones y reconstrucciones arqueológicas a gran escala. 

En el primer módulo titulado “Las ruinas antes de 1960” se exhiben fotografías históricas y textos que permiten imaginar el aspecto de las ruinas de Teotihuacan antes de ser exploradas y como los escombros con restos de pintura mural podían verse fuera de los linderos. En “Un sueño hecho realidad” se relatan los esfuerzos de los arqueólogos Jorge Acosta e Ignacio Bernal para elaborar el plan trabajo para explorar y reconstruir la Zona Arqueológica de Teotihuacan, en una escala jamás soñada hasta esa fecha en México. En el tercer módulo llamado “Los protagonistas” se reconoce el trabajo colaborativo de cientos de personas que sumaron sus esfuerzos y talentos para la ejecución del proyecto. En el quinto módulo titulado “Las exploraciones” se describe la organización interna que fue necesaria implementar para coordinar el trabajo de once zonas de trabajo simultáneo. También se exhiben herramientas de trabajo que se emplearon para las exploraciones y varios materiales arqueológicos recuperados durante las investigaciones. "En el laboratorio" se describen todas las actividades que fueron necesarias para procesar la información y los materiales resultantes del proyecto y como investigadores de talla internacional participaron en esta etapa para conformar los primeros catálogos de materiales y secuencias cronológicas. En el módulo "Una ciudad recuperada" se destaca la importancia que tuvo este proyecto para el conocimiento de la ciudad, de su traza urbana, de sus materiales constructivos y sobre todo la importancia que tuvieron las pinturas murales como parte de un lenguaje visual que refleja la ideología de esta ciudad. "Una nueva zona arqueológica" despliega todas las obras de infraestructura que fueron necesarias para la puesta en marcha de la zona arqueológica con la finalidad de dar servicio a todos los turistas. La exposición cierra con el módulo "Teotihuacan sesenta años", como una reflexión que invita a nunca olvidar los aportes generados por los académicos que participaron en la planeación, organización y desarrollo del proyecto.

La exposición fue curada por el arqueólogo Edgar Rosales, curador encargado de las colecciones teotihuacanas del Museo Nacional de Antropología. La muestra está exhibida en la Media Luna del vestíbulos del Museo y no se requiere boleto de entrada para recorrer la exposición. Está disponible de martes a domingo de 9:00 a 18:00 horas.