JUNIO 2025
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El transito del Pleistoceno al Holoceno (20,000 a 10,000 a.C), la Cuenca de México y sus alrededores fueron habitados por grandes especies de fauna actualmente extintas, como el mamut colombino Mammuthus columbi. A la par, grupos humanos de cazadores-recolectores cohabitaron de manera estacional en las orillas de los antiguos lagos, en especial el lago de Texcoco, donde se ubica Santa Isabel Iztapan II, un importante sitio paleoarqueológico. En las excavaciones realizadas en la década de 1950 por el arqueólogo Luis Aveleyra, se encontraron artefactos de piedra asociados con restos óseos de mamut colombino.
Junto con la desarticulación anatómica del ejemplar, se observaron marcas de corte sobre los huesos, atribuidas a actividades de descarnado y destazado del animal, corroboradas más tarde con estudios aplicados a los artefactos mediante técnicas microscópicas. Sin embargo, los huesos mineralizados del mamut colombino presentan otras marcas que actualmente se encuentran en estudio para confirmar la naturaleza de dichas huellas y poder asociarlas a actividades culturales y/o naturales, lo cual es fundamental para entender mejor las formas en que los grupos nómadas aprovecharon la megafauna durante la Prehistoria.
Esta costilla, perteneciente al segundo ejemplar de Santa Isabel Iztapan, fue elegida dentro del conjunto óseo del mismo por conservar, a pesar de los diversos procesos tafonómicos que han alterado sus huesos, marcas que pueden identificarse como producto de actividades humanas, como el corte y destazamiento. Estas acciones fueron realizadas con artefactos líticos, como cuchillos elaborados en rocas como pedernal, riolita u obsidiana.
Ángel Rafael López
Sevilla
Arqueólogo, ENAH
Juan Martín Rojas Chávez
Curador-Investigador,
MNA
