PIEZA DEL MES ETNOGRAFÍA

FEBRERO 2025

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Número de Catálogo: (61)11.31g10-13


Número de Inventario: 2490


Tencoloquechquemitl


En la tradición oral de los nahuas de Atlantongo ubicado en la Sierra Norte de Puebla, aún se narran historias sobre los tejidos y bordados, cuyo origen se remonta a tiempos míticos. Se cuenta que la Santa Madre Tonantzin, también identificada como la Madre Tierra, enseñó a las mujeres a hilar, tejer y bordar. Además, les reveló los secretos del color y las inició en la reflexión y creación de los dibujos decorativos. Estas enseñanzas fueron transmitidas de generación en generación, permitiendo que los conocimientos textiles perduren hasta nuestros días.

Un ejemplo de ello es el tencoloquechquemitl o quechquémitl de curva. Se trata de una prenda tejida en telar de cintura, elaborada por dos lienzos de algodón unidos por una costura en los extremos inferiores y laterales. Esta unión forma dos puntas y una abertura triangular para pasar el cuello. Para su decoración se emplearon hilos policromados de algodón mercerizado y lanas teñidas con anilinas.

Su confección combina diversas técnicas textiles estructurales y decorativas, como el ligamento de tafetán, el tejido en curva y el bordado en punto lomillo. 

El tejido en curva es una técnica de origen mesoamericano, hoy casi extinta. Se logra al añadir hilos adyacentes al tejido base, convirtiendo las tramas en urdimbres. El brocado, por su parte, consiste en seleccionar hilos de la urdimbre e introducir hilos suplementarios sobre la trama para crear diseños ornamentales. En el punto de cruz largo o lomillo, una variante del punto de cruz tradicional, el bordado se ajusta con mayor tensión, dando la apariencia de entretejido. Los diseños se plasman con puntos en forma de "X" alineados en hileras, y en el reverso se perciben como barras lineales.

La ornamentación incluye una banda perimetral en tonos rojo, negro y naranja, enmarcada por un borde blanco. En el centro destaca un xocuahuitl o árbol florido, rodeado de aves, flores, un venado y un lobo. En los extremos de la prenda se disponen cenefas con guías florales, serpientes emplumadas, aves, zarcillos y plantas de maíz.

Su dedicación y perseverancia han preservado estas técnicas textiles pese a las difíciles condiciones económicas de la región. Los diversos relatos atesorados sobre la tradición textil y la cosmovisión nahua revelan que el arte del tejido y bordado trasciende la mera expresión estética: constituye un legado sagrado que forma parte de la identidad y memoria de su pueblo.

Mtro. Arturo Gómez Martínez

Curador-investigador, MNA