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JUNIO 2022

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Máscara de diablo


La concepción de diablo como una esencia puramente maligna fue una percepción traída por los frailes españoles que llegaron a la Nueva España, quienes incorporaban ideas cristianas a los indígenas que convivían con la dualidad del bien y del mal. Con el tiempo lo adoptaron como propio y a la fecha se utilizan diversas máscaras con su imagen en algunas celebraciones. 

En la región mixteca se utilizan las máscaras de diablo en la fiesta patronal de Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, que se celebra cuyo día principal es el 25 de julio, en la que tiene lugar la presentación de danzas a cargo de dos mayordomías principalmente: la del barrio de Santo Domingo y la del Centro.

En la Danza de Los Diablos -que deriva de Los Chareros- se representa un desafío y una batalla entre los cristianos y los moros. Al ser éstos últimos derrotados uno de ellos invoca y reclama a Mahoma su abandono, no obstante proclama que seguirá siéndole fiel “aunque se lo lleven los diablos”. En ese momento hacen su aparición los disfrazados de diablos que lo cargan y llevan muerto por la pista de baile. Puede ser también que como acto culminante de la danza se represente la derrota y muerte de Pilatos que al son de música fúnebre ejecutada por la banda de música sea cargado por los diablos.

A pesar de que los diablos solo aparecen en un momento de la danza de Los Chareros, se puede observar en los días principales de la fiesta patronal a numerosos jóvenes (mujeres y hombres) que se disfrazan de diablos, y se les ve salir de las casas del poblado, dirigiéndose a las dos casas comunales donde desarrollan sus bailes. Tan intensa es su participación que en la cofradía de Santo Domingo ya no se preocupan por invitarlos dado que se llega a decir: “los diablos llegan solos”.

En la ejecución de la danza, los diablos no suelen hablar, sino que se comunican mediante gruñidos.  En tiempos anteriores, además de bailar solos o por parejas a las que se podían agregar otros, era frecuente que, al son de chilenas, se ejecutaran enfrentamientos entre diablos y mahomas, disfrazados del mismo bando de los moros (integrantes de la “misma familia”). Estas batallas se asemejan a aquellas ejecutadas en las danzas de tecuanis en localidades de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca. 

Mtro. Efraín Cortés

Curador-investigador, MNA.