PIEZA DEL MES ETNOGRAFÍA

JULIO 2021

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Número de Catálogo: (64) 11.35a - 277


Número de Inventario: 38658


Sombrilla ¿totonaca?


En la Huasteca y el Totonacapan el sol y la lluvia intensa justifican que los pueblos nahua, totonaco, teenek, tepehua y otomí hagan uso recurrente de sombrillas y paraguas. Al igual que en Nueva York, Beijín, Buenos Aires, Nairobi o Papantla (Veracruz), las sombrillas hacen sombra y los paraguas paran la lluvia.

Si el uso práctico es el mismo en todo el mundo: ¿qué hace un paraguas-sombrilla en la colección etnográfica del pueblo totonaco? ¿Por qué es representativo de su cultura? Como han podido intuir, esta sombrilla-paraguas no es representativa de la cultura totonaca ni de ninguno de los pueblos vecinos. La elegí como pieza del mes porque es representativa del trabajo curatorial en etnografía, es decir, habla más de los antropólogos-curadores que trabajamos en el Museo Nacional de Antropología, que de las culturas que en él se exhiben.

Desde su apertura en los años sesenta del siglo XX —y en menor medida en la actualidad— los curadores hemos recurrido a la reproducción “fiel” de ambientes o contextos culturales. Por ejemplo, como parte de los trabajos previos a la inauguración del Museo, el antropólogo responsable de la investigación del pueblo totonaco viajó a Papantla y sus alrededores para registrar las técnicas y materiales constructivos de las casas (techos de palma y muros de bambú). Una vez ahí, decidió que valía la pena reproducirla en escala, pero fielmente, con fines de exhibición.

Para lograr su objetivo consideró necesario llevar consigo desde Papantla a la Ciudad de México todo el mobiliario posible, el cual incluyó, además de sillas, ollas, panales, mesas, tazas, velas, petates, panes… a la sombrilla-paraguas. En la desaparecida sala Costa del Golfo de México se podía apreciar la reproducción “fiel” de esa casa con sus sillas, petates, ollas, tazas, maíces y hasta gallinas.

La sombrilla-paraguas jamás estuvo en exhibición. Es probable que en el último momento el antropólogo-curador pensó que no era lo suficientemente “totonaca” o simplemente ya no había espacio en la casa. De lo que sí estoy seguro es que a partir de 1964, fecha de su ingreso a la colección, el paraguas-sombrilla tiene número de inventario, huella burocrática que, al margen del pueblo totonaco y su etnografía, la hacen “totonaca”. Desde entonces forma parte del patrimonio nacional mexicano que resguarda el Museo Nacional de Antropología, aunque su uso sea el mismo en todo el mundo.

Mtro. Leopoldo Trejo Barrientos
Curador-investigador, MNA