PIEZA DEL MES ARQUEOLOGÍA

DICIEMBRE 2020

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Número de Catálogo: 15.8-01240


El Ehécatl de barro tolteca


En 1969, Eduardo Matos y su equipo exploró el Juego de Pelota II de Tula, la construcción más grande de su tipo del recinto sagrado. Su investigación permitió constatar que la última etapa de ocupación del monumento fue mexica. En efecto, una vez que la ciudad de Tula fue abandonada por causas aún inciertas, los mexicas reocuparon sus espacios, saqueando las ruinas y construyendo unidades domésticas, como las detectadas por Jorge Acosta en el Palacio Quemado o las descubiertas por Robert Cobean en el Edificio K.

Uno de los hallazgos de la exploración fue un entierro humano de temporalidad mexica, el cual fue depositado con algunos bienes. De ellos, sobresale una figurilla de barro alusiva a una deidad, se trata de una efigie tipo “mazapa” o “galleta”, pues presenta su parte posterior plana y sin ninguna decoración. En dicha pieza se plasmó a la deidad Ehécatl, advocación del hombre-dios Quetzalcóatl; su pico en forma de ave es un elemento inconfundible del dios del viento. La deidad se encuentra ricamente ataviada con un elaborado tocado, orejeras y un collar de cuentas; también porta su enagua, un escudo y una arma curva en su mano derecha.

Las figurillas mazapa son características del Posclásico temprano y su aparición en una época posterior puede deberse a que ha sido una reliquia del personaje  o que se haya manufacturado durante la ocupación mexica, aún bajo los estándares toltecas. Es muy probable que esta figurilla se vincule con esta tradición, por la presencia del arma curva, característica de las creaciones toltecas y por aludir a una advocación de Quetzalcóatl, el mítico gobernante de Tula.

Dr. Stephen Castillo Bernal
Curador-investigador, MNA