PIEZA DEL MES ARQUEOLOGÍA

ABRIL 2020

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Número de Catálogo: 02.6-00712_9


La estela de Quechomictlipan


A finales del siglo XIX el escocés William Niven llegaba a Guerrero como parte de las compañías mineras que buscaban oro y plata; años después, fue él quien impulsó el desarrollo de la minería y la construcción del ferrocarril. Además del deleite por las gemas y minerales, tuvo un especial interés por los objetos prehispánicos, por lo que entre sus proyectos combinó exploraciones y excavaciones arqueológicas en varios asentamientos del centro y la Tierra Caliente de Guerrero. Durante sus expediciones, una estela esculpida fue encontrada al sur de Quechomictlipan, un sitio descrito por Niven como una enorme ciudad ubicada entre Zumpango y Tlacotepec, en la sierra del centro de Guerrero. Esta gran ciudad puede corresponder a un conjunto de asentamientos como Xochipala o Yerbabuena.

Denominada anteriormente como el Monumento 1 de Quechomictlipan por Nielsen, Jiménez y Rivera, esta estela presenta a un individuo masculino de pie, de frente y enmarcado en un recuadro. Lleva un complejo tocado con las fauces de un felino, comisuras nasales y colmillos. En el rostro porta la característica máscara del dios de la lluvia cuyas serpientes entrelazadas forman grandes anteojeras y los colmillos de la boca. Tiene grandes orejeras circulares y en el pecho un elaborado collar de once cuentas rectangulares del cual cuelga un gran pendiente triangular. Porta un maxtlatl con un sartal de seis objetos circulares posiblemente conchas. Los brazos al frente con las manos juntas y las piernas ligeramente flexionadas con los pies juntos por los talones. Los laterales y la parte posterior de la estela no presentan ningún grabado.

Los elementos iconográficos, entre ellos, las anteojeras, máscara bucal y el tocado de fauces de felino permiten identificarlo como el dios de la lluvia, divinidad central de los pueblos mesoamericanos que propicia el líquido vital que germina las plantas y da continuidad a la vida. Si bien presenta algunas reminiscencias con estelas del Clásico Temprano, el tamaño y forma de la estela, así como por sus elementos iconográficos permiten ubicarla en el Clásico Tardío o Epiclásico, entre los años 650 a 900 d.C.

Mtro. Eliseo Padilla Gutiérrez
Curador-investigador, MNA

Dr. Paul Schmidt Schoenberg
Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM