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Proveedores de sombra, los sombreros forman parte indispensable de la indumentaria del campesino que trabaja bajo el inclemente sol. En la Huasteca veracruzana existen tres tipos de sombreros tejidos con palma real, variedad de formas que evidencia su importancia, pero sobre todo la creatividad del pueblo teenek o huasteco.
En el municipio de Tancoco se produce el sombrero “tancoqueño”, el cual combina el trabajo manual, que va desde el corte hasta el entretejido las hojas de palma; con el mecanizado, que en el taller da forma final al sombrero por medio de moldes u hormas. Si bien el moldeado del sombrero tancoqueño ha sufrido importantes innovaciones tecnológicas a lo largo de la historia, la división del trabajo y el principio general de fabricación son prácticamente los mismos desde la época colonial.
Hoy en día, sin embargo, la tradición del sombrero tancoqueño está en peligro consecuencia de la introducción de gorras y de otros tipos de sombreros de fábrica que por su durabilidad, precio y novedad, resultan más atractivos a las nuevas generaciones. En este contexto de desplazamiento, es gracias al esfuerzo y tenacidad de maestros sombrereros como don Antonio Flores y don Nahum Hernández que el sombrero tancoqueño se mantiene vivo, salvaguradando una importante expresión del patromonio cultural del pueblo teenek. Hay que tener en mente que no se trata de un simple sombrero, sino de uno de palma real (‘apach en lengua huasteca), y por lo tanto, en él se expresa un largo proceso de relación y conocimiento con y del entorno natural.
Las hojas de la palma real (Sabal mexicana) tienen cualidades térmicas e impermeables que los pueblos huastecos han aprovechado por siglos. Además de ser la materia prima de sombreros, desde la época prehispánica se han utilizado para fabribar petates y cubrir los techos de los hogares con el fin de protegerlos de la lluvia y el sol. Montadas sobre un armazón cónico o cuadrangular de maderos, las ramas de palma se amarran de forma apretada y ordenada en varias capas que, a la manera de tejas, hacen que el agua y los rayos solares escurran por la superficie inclinada y aíslen la vivienda del calor y la humedad.
Mtro. Leopoldo Trejo
Curador-investigador, MNA