SEPTIEMBRE 2018
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Número de Catálogo: (12) 1.36d2- 1649
Los textiles de los Altos de Chiapas son
inconfundibles. Se distinguen de los elaborados en serie en cuanto a que las
tejedoras no suelen repetir los diseños: en cada una de sus creaciones
implementan nuevas secuencias e introducen cambios en la combinación de
imágenes, colores y formas. Aunado a esto, las tejedoras plasman su sello
distintivo en cada una de las piezas que elaboran, ya sea en el estilo de
bordado, en la disposición de los motivos, en la elección de los colores o en
la secuencia del tejido; en algunos casos incluso puede verse una marca
discreta sobre el bordado. Los textiles de esta región se consideran verdaderas
obras de arte por sus elaboradas técnicas y materiales, pero sobre todo porque
son testimonio de horas, días y aun meses de dedicación.
Para confeccionar una prenda, las mujeres de
Zinacantán recurren a conocimientos y saberes que se han transmitido por
generaciones, como el tejido en telar de cintura, que se conserva desde épocas
ancestrales. Sin embargo, como cualquier tradición, la confección de la
indumentaria se ha modificado con el paso del tiempo a medida que se introducen
en el mercado nuevos materiales y diseños, y se adoptan nuevos estilos que sustituyen
a los anteriores.
Estos cambios y adaptaciones pueden observarse
en la indumentaria tradicional alteña femenina, que consiste en huipil, enredo,
faja y mochebal. Este último es un lienzo rectangular que se usa sobre los
hombros a manera de capa y que originalmente se confeccionaba sin imágenes
decorativas, pero ahora se adorna con figuras de flores bordadas en punto de
relleno, en punto de cruz o con máquina de coser.
Ma. Eugenia Sánchez Santa Ana
Curadora - investigadora, MNA